Cuando una mujer está embarazada, la piel se lleva una de las
peores partes, y esto sucede porque el bebé tira de las reservas de ácidos
grasos esenciales para formarse. Esto afecta a nuestra piel en su elasticidad,
la notaremos más seca y más tirante. También es común que nos salga acné, ya
que se producen muchos cambios hormonales en nuestro cuerpo, y esto, hace que
produzcamos más grasa.
Debemos tener en cuenta también que durante los meses de
gestación los niveles de melanina están más altos por lo que debemos tener
mucho cuidado con la exposición al sol. Por ello aunque sea invierno debemos
usar siempre una crema con protección solar.
Es muy importante también hidratar la piel, sobre todo la
tripa, ya que es la zona que más sufre y en donde corremos más riesgo de que
nos salgan estrías, para ello existen cremas y aceites en el mercado para poder
prevenirlas. Cuando compremos estas cremas debemos fijarnos en que no contenga
aceites esenciales, ya que estos pueden pasar a la sangre y afectar al feto.
Otras partes que también tienen riesgo de estrías son los pechos y los muslos.
Es normal que la piel durante esos nueve meses nos pique, ya
que se estira tanto que se reseca mucho. Para que esto no suceda podemos seguir
algunos consejos tales como usar ropa de tejidos naturales, usar cremas que
contengan camomila, tener la tripa al aire siempre que sea posible y sobre todo
procurar no rascarse ya que podríamos estar rompiendo algún tejido.
Los cuidados de la piel debemos continuarlos una vez hayamos
dado a luz ya que nuestra piel tardará en recuperarse sobre unos 6 meses
después del parto.
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