jueves, 20 de noviembre de 2014

SÍNDROME DEL ALCOHÓLICO FETAL

La droga legal más aceptada por la sociedad, el alcohol. Por eso nos preocupa tanto el tema del síndrome del alcohólico fetal.

Este síndrome se produce en el niño si durante los 9 meses de gestación, la madre consume alcohol, y que consiste en malformaciones físicas, problemas de desarrollo y mentales en el recién nacido.

Los problemas a los que nos enfrentamos cuando una mujer embarazada es alcohólica, además de los problemas propios de este tipo de pacientes, son los problemas adicionales que puede presentar el bebé. Al ser el alcohol una substancia que atraviesa la placenta con facilidad, podremos causar problemas de desarrollo tanto físicos como mentales al recién nacido. Para esto no es necesario beber en cantidades exageradas, ya que no se ha definido una cantidad en la que cualquier ingesta de alcohol no afecte al niño.

En un bebé con este síndrome, lo que nos vamos a encontrar son alteraciones tales como el retraso en el peso y en la talla, perímetro cefálico más pequeño, disminución del tono muscular, mala coordinación y rasgos faciales peculiares (labio superior muy fino, hipoplasia maxilar, ojos pequeños y rasgados). También puede presentar problemas cardíacos, anomalías en las extremidades y articulaciones, y un retraso a nivel psicomotor.


El tratamiento en estos casos se dirige a la madre, ya que lo más importante es conseguir que durante los meses de embarazo no consuma alcohol. En caso de que la mujer embarazada ya sea alcohólica, se le derivará a una unidad de rehabilitación en la que un médico la someterá a un control estricto durante estos nueve meses.
El pronóstico para estos niños es que casi ninguno consigue un desarrollo mental ni físico completo, por lo que tendrán necesidades especiales a lo largo de toda su vida.

Así que como madres o futuras madres, todas las mujeres que quieran tener hijos, deberían dejar el alcohol durante 9 meses a un lado, y si por desgracia ya están metidas en este problema tan de nuestra sociedad, siempre ayuda pensar en el niño y en la vida que le queramos dar, y puede convertirse así en el aliciente perfecto para dejar esta terrible adicción de lado para siempre.

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