Las hemorragias durante el primer
trimestre de gestación son muy comunes y pueden deberse a numerosos motivos como aborto, embarazos ectópicos, etc.
El
aborto es la patología más frecuente y ocurre en un 15% de los embarazos
reconocidos aunque su incidencia es difícil de manejar puesto que hay muchas
mujeres que abortan sin ser conscientes de ello.
Es importante saber que el riesgo de
aborto aumenta de manera proporcional a la edad de los progenitores y número de
embarazos. Otros factores, a tener en cuenta, son:
- Factores maternos
- Infecciones de transmisión sexual (ITS)
- Endocrinopatías (como diabetes
mellitus no controlada, hipotiroidismo,…)
- Desnutrición
- Tabaco y/o alcohol
- Toxinas ambientales (como el
arsénico, plomo)
- Factores inmunológicos
- Incompetencia cervical
Un aborto puede ser diagnosticado a partir de un test de embarazo y ecografía donde se observa la ausencia de actividad cardiaca o ausencia de saco vitelino. Por norma general, cuando el aborto se produce dentro de las primeras semanas, no suele hacer falta ningún tipo de tratamiento ya que suelen expulsarse los restos con el sangrado. Por lo contario, si se precisa, se realizará un legrado. El legrado es un tratamiento quirúrgico bajo anestesia para la evacuación uterina. En abortos que se producen a partir de la semana 12 es aconsejable la evacuación farmacológica con “misoprostol” o siempre que se quiera evitar la cirugía.
Para la mujer supone un difícil trance pero se debe tener en cuenta que más de la mitad de los embarazos no llegan a término por no ser implantados. Será recomendable dejar unos meses de estabilización y posteriormente volver a intentar con ganas e ilusión un nuevo embarazo.
Información contrastada en :
Mar Muñoz Muñiz; Manual de medicina y cirugía, "Ginecologia y obtetricia"; CTO editorial, 9ª edición SL.2014
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